¡No hay oficio como el de alfarero, que de barro hace dinero!

Este viejo refrán nos muestra hasta que punto la alfarería ha sido pieza clave en nuestras vidas a lo largo de la Historia y la importancia en la vida cotidiana de nuestros antepasados. Barro, pucheros, cuencos, etc. han estado ligados durante cientos de años a nuestras cocinas y al  Pimentón de la Vera DOP naturalmente.

Después de visitar el Museo del Pimentón, tocó conocer el Museo Etnográfico de la Alfarería, también situado en Jaraíz de La Vera. Ubicado en los bajos de la que fue Plaza de Abastos (Plaza de Garganta La Olla). Inaugurado en 2019, posee un total de 1.200 piezas donadas por la familia de José Luis Fuente Yagüe y procedentes de toda España e incluso de otras partes del mundo.


Conocer nuestra rica tradición de la alfarería es adentrarse en un mundo de creatividad y utilidad, donde la magia de las manos del alfarero da vida a piezas que se convierten en pilares fundamentales para el desarrollo de la vida diaria de cualquier pueblo. A lo largo de los siglos, la alfarería ha sido un arte esencial para la comunidad, generando un sinfín de utensilios que encuentran su lugar tanto en el hogar como en la vida cotidiana.

En la cocina, el aporte de la alfarería es imprescindible. Los pucheros y ollas de barro son protagonistas indiscutibles, pues sus características únicas permiten una cocción lenta y uniforme que resalta los sabores de las recetas tradicionales, como no, también con nuestro Pimentón de La Vera. En el momento de servir un reconfortante guiso o una deliciosa sopa, estas piezas de alfarería encierran en cada cucharada el cariño y el esmero con el que fueron creadas, llevando a la mesa el auténtico sabor de la tierra.

Asimismo, la alfarería es una aliada infaltable para el aseo diario. Los tradicionales lavabos de cerámica artesanal, bellamente ornamentados, no solo cumplen su función práctica, sino que también añaden un toque de elegancia y distinción al entorno. Las jarras y botijos, elaborados con habilidad y conocimiento ancestral, mantienen el agua fresca durante los calurosos días de verano, brindando un alivio bienvenido a los sedientos e incansables agricultores en sus campos de cultivo.

No podemos dejar de mencionar la importancia de la alfarería en el ámbito decorativo. Las coloridas macetas y jarrones, moldeados con maestría, adornan los patios y balcones, llenando de vida y encanto cada rincón las casas y formando parte de ajuares de bodas. Estas piezas de alfarería se convierten en testigos mudos del paso del tiempo y las tradiciones, transmitiendo la esencia misma de la cultura local.

El Museo expone además infinidad de otros objetos utilizados de manera habitual por los lugareños en su devenir diario y cuenta además con una sala dedicada a Jaime de Jaraíz oriundo de la localidad, pintor y musicólogo.

Desde niño fue notable su interés por el dibujo lo que le llevaba a plasmar todo aquello que le rodeaba, espacios, personas, etc., lo que hace que el Ayuntamiento de Jaraíz de La Vera le otorgue una beca que le permitió prepararse para las pruebas de acceso en la prestigiosa Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Henares en Madrid de la cual llegó a ser profesor de Dibujo.

Destaca además su faceta musical, la guitarra y la poesía se unen en sus dedos que dejando los pinceles acarician las cuerdas de su guitarra llevándole a componer diversas piezas y obras musicales estrenando en 1986 en Cáceres su Suite Extremeña que coincide con la grabación de su tercer disco. Sus obras han sido expuestas desde Estocolmo hasta Johannesburgo, pasando por diversas salas en Estados Unidos y naturalmente en España. Fue miembro numerario de la Real Academia de Extremadura.

En resumen, la alfarería, la pintura y la música son artes que perduran a través de los siglos, dejando una huella en nuestras vidas. Preservar esta tradición es honrar las raíces de una comunidad y valorar el legado de quienes, con sus manos hábiles, moldearon y pintaron el pasado y el presente de nuestras vidas. Museos como los que visitamos  durante este día cumplen ese papel y deberíamos conocerlos y visitarlos más a menudo ya que no se puede amar una Tierra que se desconoce.

Esta fue nuestra mañana, repleta de Historia, Costumbres y Arte de los que nos empapamos y en la que, como siempre aprendimos. Si queréis seguir conociendo nuestras andanzas pimentoneras os emplazamos e breve para otro de nuestros relatos en Sensaciones.

#SomosPimentoneros

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