¡Tradiciones Veratas!

Si el Pimentón de La Vera DOP  es uno de los símbolos de la Comarca de La Vera, no lo son menos sus tradiciones y festejos, que se pierden en la noche de los tiempos. Sensaciones Pimentón de Vera DOP tuvo la suerte de participar en una de ellas. La Viva Viva se celebra en Aldeanueva de la Vera al caer la noche del 7 de diciembre. Al igual que Los Escobazos de Jaraíz, El Pero Palo de Villanueva o Los Empalaos de Valverde, forma parte de esas celebraciones que la memoria no llega a alcanzar.

Nada más llegar al pueblo nos inunda el olor a leña, a hogueras, al humo con que sus habitantes celebran este festejo en honor a la Inmaculada Concepción. La Viva Viva parece que tiene su origen en la bajada de los pastores de la sierra, portando antorchas y llamas la noche del 7 de diciembre, para honrar a la Virgen el día de su celebración el 8 de diciembre, motivo de reunión de éstos con sus familias y celebrando el reencuentro.

Desde la avenida principal, pasando por sus calles y plazuelas, nos encontramos a los aldeanos o pencones encendiendo hogueras a las puertas de sus casas o en cualquier lugar que se preste para ello. El pueblo es un bullicio. Se nota la alegría en el ambiente. Aunque la noche es fría, las hogueras y unas buenas viandas a la brasa, ayudarán a pasar la Fiesta; siendo la gente muy amable y acogedora, siempre dispuesta a ofrecerte información o un vaso de vino con alguna vianda.

 

Llegando las 7 de la tarde, los pasos se dirigen a la Iglesia de San Pedro Apóstol donde se celebrará la misa. En sus alrededores se van dando cita los lugareños, y también, un buen número de visitantes a la espera de la llegada de los jinetes desde la montaña, a los que les será entregado el estandarte de la Purísima, una vez finalizada la celebración eucarística.

Los jinetes han llegado; las luces de la plaza de la Iglesia y de las calles adyacentes se apagan. Se empiezan a encender las antorchas, nos vemos envueltos como en otra época: quizá aquella en la que los pastores bajaron sobre sus caballerías. Se respira un ambiente especial y se nota que la gente vive la celebración. Ya tienen el estandarte, los tamborileros acompañan el recorrido.

El Estandarte y sus portadores inician el recorrido acompañados por la multitud. Irán recorriendo las hogueras de Aldeanueva paseándolo con “los Vivas” de la gente y siendo agasajados con dulces, buen caldo de la tierra y demás productos, ya que la noche es larga, el recorrido intenso y hay que reponer fuerzas.

Estuvimos acompañando un buen rato a la Procesión, para luego dirigir nuestro camino a la Plaza de San Antón a saciar el apetito que se nos iba abriendo. De camino, la vida esa noche estaba en la calle: la gente a las puertas de las casas, calentando los cuerpos a la lumbre y preparando las brasas para echar sobre ellas chorizos, pancetas y demás delicias que ya inundaban con su olor la noche.

No os vamos a ocultar que íbamos como embobados y, que por suerte, se nos ofreció probar algún que otro cachino de algo, y que de veras, que lo agradecimos nosotros y nuestros estómagos. Y entre charla y cacho pan y panceta, llegamos a la Plaza de San Antón. Allí esperaba para todos una magnífica pancetada con, ¿cómo no? Pimentón de La Vera. La Plaza estaba abarrotá, como decían hace años un famoso dúo: la gente bailando, riendo, charlando… En definitiva, viviendo su Fiesta y si no, juzgar vosotros en las imágenes siguientes.

Buen ambiente ¿verdad? Y buena la pinta de esas pancetas adobadas con nuestro Pimentón, que pudimos degustar ya no sólo al calor de las hogueras de la Plaza, si no al calor humano de una celebración tan tradicional como ésta. Sólo podemos añadir lo que más se escuchaba por las calles del Aldeanueva de La Vera, en esta fría noche de invierno: “Viva la Viva Viva” “Viva la Purísima Concepción”

#SomosPimentoneros

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