Entre Viandas y manjares (y III)
Hoy os contamos la tercera parte de nuestra visita al Real Monasterio de Yuste. En este post ya descubrimos los orígenes del Pimentón de la Vera DOP, y en este post conocimos la Historia de este Imperial sitio y ya solo nos queda una cosa…
¡Exacto! esa en la que estabas pensando. Nos quedaba la parte gastronómica, con la que pusimos el broche final a este maravilloso día. Fue el Restaurante Abadía de Yuste el encargado de acogernos y de agasajar nuestros estómagos después de una mañana intensa como la que vivimos.
Abadía de Yuste es un restaurante acogedor, con un ambiente cuidado a la vez que comarcano y en el que se puede disfrutar de la mejor Gastronomía Extremeña. Platos basados en los mejores productos de la Comarca de La Vera, con nuestro Pimentón a la cabeza naturalmente.
Una vez que llegamos nos dispusimos a una buena charla con buenos caldos de la tierra y seguidamente pasamos al comedor, con muchas ganas de ver que nos tenían preparado para la ocasión y que nos fue desgranado conociendo sus ingredientes, elaboración tradicional, etc.
Con buen pan y con buen vino mejor se anda el camino dice el viejo dicho, la mejor manera de comenzar nuestra comida, vino de la tierra (y alguna cerveza fría) y un buen jamón de los que salen de nuestras dehesas y que nos sirvió, entre charla sobre todo lo que habíamos visto y oído, para ir apaciguando nuestro apetito.
SI hay algo que a todo el mundo gusta y que está presente en cualquier cocina eso son las croquetas. ¡Ojo! pero caseras, hechas con mimo, con su cremosa bechamel y en esta ocasión evidentemente con Pimentón de la Vera DOP. Untuosidad y sabor en el paladar, os lo aseguramos.
El toque frío lo aportó el tradicional zorongollo o ensalada de pimientos, veratos claro está, asados al horno con su atún, su cebolla, su ajo y su aceite de oliva virgen extra. Y es que muchas veces en la simplicidad se esconden los mejores manjares.
No podían faltar las tan tradicionales Patatas Revolconas, Revolcás o Meneás (como quieras llamarlas) propias del Norte de Extremadura y de la zona de Ávila. Un buen Pimentón, unas patatas de la zona, ajo aceite y un poco de panceta, en otros tiempos comida de trashumantes y de lugareños convertido en plato básico en la insignia pimentonera.
La Cocina de la Vera rezuma sabor, identidad rural, historia. En aquellas épocas en que no todo estaba al alcance de todos y en el que platos como el anterior se cocinaban con pocos recursos había otro ingrediente estrella, uno que llegaba de ultramar, el Bacalao. Sin neveras ni transportes frigoríficos el pescado fresco de alta mar se veía poco y se cataba menos. El Bacalao salao era lo que llegaba a hogares, tabernas, posadas y ventorros. Y claro está que había que sacarle partido. En el potaje, en las patatas con arroz y bacalao, en revuelto, fueron múltiples las formas de elaborarlo. En esta ocasión paladeamos un exquisito bacalao a baja temperatura con una salsa basada en nuestro oro rojo. Pimentón y sal, sal y pimentón, dos grandes conservadores de alimentos.
Ya hemos pasado el ecuador de nuestra comida, tocan las carnes, si bien hay muchas y buenas elaboraciones con base pimentonera (caldereta, tasajos, adobos, etc.) hoy nos tocaron unas tiernas carrilleras con salsa de pimentón que eran pura melosidad en la boca, os lo aseguramos.
Otro refrán decía que “el buen alimento cría entendimiento” así que os podéis imaginar que entre tanta buena vianda la conversación fluyó como manantial en primavera y disfrutamos todos un montón. Tomamos un sorbete helado de pimentón y nos dispusimos a devorar el postre. Tarta de queso y pimentón, el broche perfecto a un día como el de hoy.
Ya sabéis, si decidís emular al Emperador Carlos V y dejar caer vuestros cuerpos por el Monasterio y por Cuacos de Yuste, sería imperdonable que dejaseis pasar la ocasión de daros un pequeño homenaje en el Restaurante Abadía de Yuste.
Os esperamos en nuestro próximo post. ¡No faltéis que pasamos lista!
#somospimentoneros
